jueves, 9 de enero de 2014

AL- ÁNDALUS

AL- ÁNDALUS, NUESTRA HISTORIA:
En el siglo VII d.c los musulmanes estaban colonizando las tierras del norte de África y Oriente Medio, y que llegaron a la Península Ibérica a principios del siguiente siglo a través del norte de África por donde penetraron una serie de grupos y familias nobles árabes. Iniciando de esta manera una disputa con los cristianos la cual vencieron poco a poco, hasta que fueron extendiendo su dominio por todo el sur de la Península.
Esta sociedad a medida que crecía iba impulsaron la economía basada en la agricultura y la ganadería. La agricultura fue la actividad más extendida, además se centraba en una agricultura de regadío, con la novedad tan importante que fue la noria, en la cual los principales productos eran el algodón, los naranjos, el arroz y el azafrán. Sin embargo, en el resto de las tierras hispanas los cultivos principales continuaron siendo los mismos de antes (cereales, vid y olivo).
En la ganadería, con la prohibición coránica de no poder comer carne de cerdo, se compensó con la producción de otro tipo de ganado como el ovino o el ganado equino. Muy conocidos mundialmente son los caballos de raza árabe.
También desarrollaron actividades de minería, donde destacó la extracción de cobre, cinabrio y oro.  Podemos destacar la producción de manufacturas, en especial la producción textil, en la que destacaron los brocados cordobeses. La cerámica, las armas, la fabricación de papel y de vidrio, y el trabajo de las pieles y los metales preciosos tuvieron presencia en las ciudades de Al-Ándalus.
En cuanto al comercio se vio favorecido por la acuñación de dos tipos de monedas, el dinar de oro y el dirhem de plata, y por la densa red viaria heredada de tiempos romanos. El comercio interior tenía lugar en el zoco de las ciudades, donde ocupaban un puesto privilegiado los bazares. En los zocos también había alhóndigas, centros que servían para almacenar mercancías, así como para alojar a los comerciantes que venían de fuera.

Al-Ándalus mantuvo también un intenso comercio exterior, tanto con los restantes países islámicos como con la Europa cristiana. Exportaba productos agrícolas minerales y tejidos, e importaba especias y productos de lujo del Próximo Oriente, y oro y esclavos negros procedentes del territorio africano de Sudán.

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